domingo, 15 de enero de 2012

La información embustera


Las mañanas de los domingos fueron creadas para que descansen los dioses y disfruten del ocio los mortales. Incluso cuando el clima es hostil como en estos días, quedarse en casa es un pecado por el que alguna vez nos pasarán factura si existe al final de nuestras vidas una valoración del debe y el haber acumulado.
Con la intención de disfrutar de la mañana de este domingo, un grupo de amigos nos dimos cita en el museo que el Instituto de Crédito Oficial tiene en la calle Zorrilla. Nos llevó allí la intención de disfrutar de la Suite Vollard, la serie de grabados de Picasso considerada una de las obras maestras del grabado en el pasado siglo.
Unos para verla por primera vez, otros para disfrutarla de nuevo, todos acudimos con ilusión al museo sin imaginar que nos encontraríamos en su lugar con una exposición temporal de cuya calidad prefiero no hablar. Después de indagar averiguamos que no sólo no se encuentra allí ahora mientras dura esta exposición, sino que hace ya tres años que una exposición temporal sucede a otra, ocupando todo el espacio del pequeño museo, y la Suite Vollard duerme el sueño de los justos en algún almacén a la espera de que un incierto destino la rescate y la devuelva a las paredes de la sala.
Si embargo, la página web del instituto publicita la posibilidad de visitar la obra de Picasso sin que sea visible ninguna alusión a que no está allí, a que los dirigentes de la institución han decidido sustituirla por obras menores privando de este modo a los visitantes la posibilidad de disfrutarla.
A la sensación de frustración e impotencia por no haber podido contemplar el objeto de nuestra visita, ha seguido la de ira por el menosprecio de los responsables del desaguisado ante la obra y ante su público. Pero no les importa nuestra decepción y no importa nuestra ira, no nos queda más que el derecho al pataleo y usar este u otros foros para comentar lo sucedido, para que al menos sean menos los engañados, los que aumenten las cifras de visitantes a una exposición porque acudieron allí con otra intención, para que no nos sigan tomando el pelo, para que los museos respeten a sus usuarios.
Una de las obras de la desaparecida Suite.

4 comentarios:

  1. Me estaba preguntando ¿dónde cogerán polvo estos grabados? Por que ya se sabe que luego nadie sabe donde andan cuando se los busca, y todo eso...
    Ya sé que soy muy desconfiado. Pero ya sabéis que la confianza, se gana y se pierde con obras.

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  2. es posible que la tenga guardada Urdanguarrín. Lamento la decepción.

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  3. Yo también me pregunto donde estará y cual será su destino, incluso quisiera saber qué opinan los herederos de Picasso

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  4. A veces dan ganas de prender fuego a cosas, aunque luego te acuerdas de Heinrich Heine y te arrepientes... Pero en ese momento, ¡ahhh, qué ganas de ver arder!

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